La eximente de legítima defensa es una causa que exime de responsabilidad penal a quien ha actuado en defensa propia o de terceros, siempre y cuando se haya actuado de forma proporcionada y necesaria. Es decir, se considera que la persona ha actuado en una situación de peligro real y actual, y su actuación ha sido la única forma de defenderse o defender a otros.

Para que la legítima defensa sea considerada una eximente, es necesario que se den los siguientes requisitos: que exista una agresión ilegítima, que exista necesidad racional del medio empleado para repeler la agresión, que se haya utilizado la menor fuerza necesaria para repeler la agresión y que no haya provocación suficiente por parte del que defiende.

En España, la legítima defensa está regulada en el Código Penal y puede ser aplicada tanto a personas físicas como a personas jurídicas. En caso de que se alegue la legítima defensa, será necesario probar la existencia de los requisitos mencionados anteriormente, y será el juez quien valore si se ha actuado de forma proporcionada y necesaria en la defensa propia o de terceros.

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