En una junta de propietarios, se pueden tomar decisiones que afecten a la comunidad en su conjunto, como por ejemplo, la aprobación de presupuestos, la realización de obras, la elección del presidente de la comunidad, entre otras cuestiones. Para tomar estas decisiones, se requiere una mayoría de votos.

Según la Ley de Propiedad Horizontal, se pueden distinguir tres tipos de mayorías: la mayoría simple, la mayoría cualificada y la unanimidad.

La mayoría simple se alcanza cuando las decisiones son adoptadas por los propietarios presentes o representados en la junta que representen más de la mitad de los votos. Esta mayoría se aplica en cuestiones como la aprobación del acta de la reunión o la elección del presidente.

La mayoría cualificada se alcanza cuando se requiere una mayoría de votos superior a la mayoría simple. Por ejemplo, para la aprobación de obras de mejora o la modificación de los estatutos, se requiere una mayoría que represente al menos el 3/5 de los votos.

La unanimidad se requiere para cuestiones de gran importancia, como la modificación de elementos comunes o la disolución de la comunidad. Es decir, es necesario que todos los propietarios estén de acuerdo para tomar esta decisión.

Es importante tener en cuenta que la Ley de Propiedad Horizontal establece ciertos requisitos y formalidades que deben ser cumplidos en las juntas de propietarios, para asegurar la transparencia y legalidad de las decisiones tomadas.

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