En el ámbito del derecho penal español, la atenuante de confesión se produce cuando el acusado admite su participación en el delito cometido durante el proceso penal. Esta atenuante puede tener un impacto positivo en la sentencia final, ya que el juez o tribunal puede reducir la pena impuesta al acusado.

La confesión debe ser libre y voluntaria, y debe ser realizada ante un juez o fiscal. Además, el acusado debe admitir todos los elementos del delito, incluyendo su participación en el mismo y las circunstancias agravantes. En algunos casos, la confesión puede ser considerada como una muestra de arrepentimiento por parte del acusado, lo que puede llevar a una reducción aún mayor de la pena.

Es importante destacar que la atenuante de confesión no siempre se aplica, ya que depende de las circunstancias particulares de cada caso y de la valoración que haga el juez o tribunal. Además, la confesión no exime al acusado de su responsabilidad penal, pero puede ser un factor que se tenga en cuenta a la hora de decidir la pena final.