El delito de homicidio en España está castigado con una pena de prisión de entre 10 y 25 años. Sin embargo, si el homicidio se comete con alguna de las circunstancias agravantes previstas por la ley, como por ejemplo, si se utiliza violencia, se comete con alevosía o se lleva a cabo en el contexto de un robo, la pena puede ser elevada a prisión permanente revisable.