En España, una falta es una infracción penal que se sitúa en una categoría inferior a los delitos. Las faltas son conductas que, aunque están tipificadas en el Código Penal, son consideradas menos graves que los delitos. La pena máxima para las faltas es de tres meses de multa, aunque también pueden imponerse penas de localización permanente o trabajos en beneficio de la comunidad.

La principal diferencia entre una falta y un delito es su gravedad. Los delitos son conductas tipificadas en el Código Penal que están consideradas como más graves que las faltas. Las penas para los delitos pueden ser de prisión, multa o trabajos en beneficio de la comunidad, y su duración puede ser desde unos pocos meses hasta varios años. Además, los delitos se dividen en distintas categorías según su gravedad, desde los menos graves (llamados delitos leves) hasta los más graves (como los homicidios o los delitos contra la seguridad del Estado).

En resumen, la principal diferencia entre las faltas y los delitos radica en la gravedad de la conducta y en la pena que puede imponerse. Las faltas son infracciones penales menos graves y se castigan con penas más leves que los delitos. Es importante destacar que, aunque las faltas no son tan graves como los delitos, también pueden tener consecuencias negativas para la persona que las comete, como antecedentes penales o daños en su reputación.