El tiempo que se tarda en prescribir un delito en España depende del tipo de delito cometido y de la pena que se le haya impuesto. Por ejemplo, los delitos leves prescriben a los seis meses, mientras que los delitos graves como el asesinato o el genocidio, no prescriben nunca. En general, la prescripción de los delitos puede variar desde los cinco años para los delitos menos graves hasta los veinte años para delitos más graves, como la corrupción o los delitos fiscales.